21 junio 2010

La revolución educativa: adaptarse o morir


De eso se trata: ya no estamos en el s.XX, la educación no consigue adaptarse a la sociedad contemporánea.

Las aulas son más complejas en cuanto a la procedencia de sus alumnos, hay que tener más conocimientos acerca de la diversidad cultural, la mediación de conflictos es una necesidad, la educación artística tiene un lugar fundamental en el desarrollo de la atención, las actividades de enseñanza-aprendizaje deben centrarse en la zona de desarrollo potencial del alumno...

En fin... no basta con llegar a clase y explicar. El problema, como dice Punset, probablemente no está sólo en la falta de interés del alumno o en la falta de colaboración de la familia. Seguramente está más en nuestro tejado, en el tejado de los profesores. Seguramente no hemos sido aún capaces de adaptarnos al entorno. ¿Sobreviviremos?



¿Es hoy más difícil la convivencia en las aulas? ¿Están bien preparados los maestros para acompañar al niño hasta su adolescencia con una educación que englobe emociones e inteligencia social? Las necesidades de un adulto para vivir en sociedad no son las mismas que hace 50 años, ni lo son tampoco las condiciones de vida de los adolescentes, ni las tecnologías que rodean a todos. Sin embargo, los programas educativos han cambiado muy poco en el último siglo. El psicólogo Robert Roeser nos ayuda a redefinir el papel de profesores y maestros, y a buscar en la ciencia algunas propuestas para mejorar la educación de los futuros ciudadanos.

(Vía 2.0)


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