Acaban de conceder el Premio Príncipe de Asturias de las Artes a un sistema educativo musical integrador que vela por rescatar a los niños en peligro del riesgo de exclusión social (procedentes de bolsas de pobreza, desarraigados, etc).
Además, la calidad musical que alcanzan sus orquestas infantiles y juveniles es extraordinaria. Podéis comprobarlo en este alegre vídeo de un concierto que dieron en los Proms 2007.
Con una destacada calidad técnica y artística, más allá de lo meramente cultural, el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, creado en 1975, se ha convertido en un excepcional movimiento social y educativo para la difusión del arte.
En él participan más de quince mil profesores de distintas nacionalidades que han impartido clases a más de seiscientos mil jóvenes y niños de todo el país, con especial atención a los de menos recursos económicos.
El éxito de este proyecto ha auspiciado el nombramiento del maestro Abreu (el fundador) como delegado especial de
Se trata de una fundación estatal que agrupa una red de 250 formaciones musicales integradas por niños y jóvenes. Nació con el objetivo de afrontar una reforma integral de la educación musical en Venezuela, y en él ya han colaborado músicos de la talla de
Cientos de miles de jóvenes y niños, muchos de ellos con riesgo de exclusión social y problemas económicos, participan en el conocido como 'El Sistema', arrastrando a sus familiares y amigos. No sólo es el germen de grandes figuras e intérpretes, sino un laboratorio de nuevos públicos entusiastas y con criterio, que viven la música clásica como un fenómeno popular.
"Le regalas a un niño un instrumento y le haces ver que es parte de algo que suena y eso provoca una repercusión en su entorno familiar y comunitario, y el niño gana una autoestima impresionante", explicaba el pasado mes de abril el director español Pablo Mielgo.
El buque insignia de este programa es
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